Anécdota "¡ No fue sin Fruto !"
NO FUE SIN FRUTO
El célebre Moody, había hecho la promesa de no dejar pasar un solo día sin predicar el Evangelio, a un alma. Acordándose cierta noche de que aún no había cumplido su promesa, se acercó a un hombre, que encontró en la calle solitaria, e inició la conversación preguntándole: ¡Si estaba preparado para morir!...El interpelado hombre, tuvo, al pronto, un gran susto, pero se serenó cuando comprendió el significado, y Moody, tuvo el gozo de llevarle a Cristo.
Otro cristiano, que había hecho la misma promesa, salió una noche muy tarde, acompañado de otro creyente, y recordando su deber, pidió a éste: ¡Que aguardara unos momentos mientras él, iba a dirigir algunas palabras acerca de la vida eterna a un empleado, de un hotel!...delante del cual pasaban. No fue poca la risa del compañero, cuando se dio cuenta de que el supuesto empleado, no era otra cosa que un maniquí, puesto como propaganda del hotel, y así lo manifestó al avergonzado creyente.
Pero, cuál sería el gozo de ambos, cuando, en cierta reunión, un recién convertido, declaró: ¡Que había sido inducido a buscar a Cristo, por las palabras que oyó pronunciar a un desconocido, a la puerta del hotel, en cuyo interior se encontraba!.
Reflexión: ¡El Poder del Señor, es tal, que al manifestarse mediante cada uno de nosotros, Su Voz, es escuchada, por quienes lo conocen (predestinados, llamados, apartados, creyentes, hermanos)!...
Samuel Vila
evangelizandohoy.es.tl