EVANGELIZANDO HOY

Estudio Bíblico: (San Marcos 16: 15) "La Obra de Dios y Su Orden...Enseñar, Predicar el Evangelio, hace parte de la Orden de Dios" (Parte II)

Continuación Estudio Bíblico “LA OBRA DE DIOS Y SU ORDEN” (Parte I)...

ESTUDIO BÍBLICO:  (San Marcos 16: 15) "LA OBRA DE DIOS Y SU ORDEN" (Parte II).

“ENSEÑAR, PREDICAR EL EVANGELIO, HACE PARTE DE LA ORDEN DE DIOS”.

 

04- Marzo- 2014

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (San Marcos 16: 15).

El Estudio de la segunda parte, de la Obra de Dios y su Orden, será extenso, puesto que en su connotación, en cuanto a enseñar y predicar El Evangelio del Reino, este (El Evangelio), no siempre tuvo el mismo carácter. “Las buenas nuevas o gratas nuevas”, aducen al significado del vocablo de la lengua griega “euangelion”, que también refiere “buenas noticias”. La Palabra (Evangelio), es la descripción, la esencia, lo fundamental y vital, del mensaje cristiano, de la fe cristiana. También tiene representación en los Libros, dentro de los cuales, aparece un registro de la Vida, de las Enseñanzas de Cristo. Mensaje de buenas nuevas, en forma de redención, que Dios, ha proveído por medio de  Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo; obrando también, por medio de ese Mensaje Divino, El Espíritu Santo, para la salvación de los hombres (ver Romanos 1: 15, 16). Bueno es tenerse en cuenta que, en el Nuevo Testamento, la palabra Evangelio, no hace significado a un Texto determinado, como si sólo hablase de los Libros: San Mateo; San Marcos; San Lucas o San Juan; no Hermanos, en manera alguna; a lo que si hace alusión, es a: “LAS BUENAS NUEVAS, ANUNCIADAS POR CRISTO Y LOS APÓSTOLES”.  

El Evangelio o Buenas Nuevas, no siempre tuvo el mismo carácter. Veamos algunos ejemplos, que nos muestran, el carácter del Evangelio, en cuanto a los tiempos:

  • Fue una buena nueva para Adán y Eva, el que la simiente (descendencia, hijos) de la Mujer, heriría la cabeza de la serpiente (ver Génesis 3: 15). Creyendo Estos, en la buena noticia; de ahí que al nacer Caín, exclamara Eva: "... Por voluntad de Jehová he adquirido varón.” (Génesis 4: 1).

  • Para Noé, el que él y su familia, serían salvos, en el Arca, luego de que Dios, le anunciara sobre la destrucción de toda carne; además, de que Dios, estableciera pacto con él; y creyendo Noé, fue salvo. He ahí, sus buenas nuevas (ver Hebreos 11: 7).

  • Abraham, recibe llamamiento de Dios, para que le sirviera. Siendo anunciado, también a éste, que en su vejez tendría un hijo; que su descendencia, heredaría la tierra; y que en su Simiente, todas las naciones de la tierra, serían bendecidas (ver Gálatas 3: 8 ). Así creyó Abraham, y le fue contado por justicia (ver Génesis 15: 6 ; Romanos 4: 3). He ahí, esas buenas nuevas.

  • Dios. Había descendido para liberar por mano de Moisés, al pueblo Israelita, esclavizado por Faraón; los Israelitas, creyendo, se inclinaron y adoraron a Dios (ver Éxodo 4: 31). Pero, Israel, no solamente había de ser sacado de Egipto; sino que también, otras buenas nuevas, existían para este Pueblo: iban a ser llevados a “la tierra que fluye leche y miel”.    

Así, Amados, que el carácter del Evangelio, ha sido manifiesto de maneras diversas; de una forma conocemos su carácter en la antigüedad, cuando como buenas nuevas, era dado a conocer. Y en su transición (evolución), dentro de los tiempos en la tierra, se anunció desde esa antigüedad; y aún en ese tiempo (Antiguo Testamento), se daba a conocer su carácter para el tiempo, que había por venir, se preanunciaban esas gratas nuevas: “para Israel (Espiritual), para ese Pueblo del Señor, vendrían alegres nuevas, y con estas, la bendición de Dios. Mensajeros, del Señor, anunciarían la paz y salvación, y estos, que habían de traer las nuevas del bien: dirían: ¡Tu Dios reina!” (ver Isaías 52: 7). Ese Evangelio, en promesa, de que se habló en la antigüedad, “ahora, lo gozamos...nos regocijamos...nos deleitamos en el; ahora, es cuando ya hemos recibido y continuamos recibiendo, esas bendiciones, esas alegres nuevas de paz y de salvación, de Dios, para nosotros (ver Nahum 1: 15; Romanos 10: 15; Efesios 6: 15).

Mas en este tiempo en la tierra, en el presente que vivimos; conocemos que “LA BUENA NUEVA DEL REINO (EVANGELIO)”, que en el pasado (Antigüedad) fuera preanunciada, ahora, nuestro Señor Jesucristo: “LO HA PROCLAMADO, EN SU VENIDA A LA TIERRA”  (ver San Mateo 4: 23; 9: 35: San Marcos 1: 39; San Lucas 4: 43; entre otros versículos).

Y, Dios, mediante el Evangelio, no sólo trajo alegres nuevas del bien, a ese pueblo Israelita (físico – de la antigüedad), en manera alguna; porque esas gratas nuevas, también se preanunciaron para Nosotros...como se ha estudiado; sino que desde luego, y siendo “EL EVANGELIO”, bueno, por venir de Dios, y muy a pesar de que existiera entre el pueblo de Israel (físico – de la antigüedad), resistencia y rechazándolo; ahora, y viniendo El Señor Jesucristo, y andando junto al mar de Galilea, predicando el Evangelio del Reino de Dios, empezó también, a formar a reunir a sus discípulos (ver San Marcos 1: 14 - 20; 2: 14; 3: 13 - 19), quienes fueron la esencia vital,  de la Iglesia, en Pentecostés (ver Hechos 2: 1).

Pero es necesario, Hermanos, que antes de entrar en estudio sobre La Orden de Dios, puntualicemos sobre las formas literales, como aparece mención del Evangelio, dentro de las Sagradas Escrituras; “El Evangelio del Reino”, es:

  • El Evangelio de La Gracia de DiosPero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.” (Hechos 20: 24); He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.” (2 Timoteo 4: 7). De esta manera, la proclamación, fue acerca del Señor Jesucristo y del perdón de los pecados, por su muerte: del “EVANGELIO DE LA GRACIA DE DIOS”, a todas las naciones: Nuestro Hermano Pablo, se deleitó, enseñando y predicando La Palabra, El Evangelio del Señor Jesucristo, hasta el último momento de su vida en esta tierra; cumpliendo así, con “LA ORDEN DE DIOS”.


  • El Evangelio de La Gloria. “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” (2 Corintios 4: 4). Hermanos, recordemos que, a quienes se refiere el Hermano Pablo, cuando indica: “en los cuales...”, es a Aquellos, que se pierden, que no son creyentes, para quienes El Evangelio, está encubierto: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto;” (2 Corintios 4: 3). El Apóstol Pablo, tuvo revelación sobre “EL EVANGELIO DE LA GLORIA”, es decir que, Dios, ha glorificado a Cristo, y su Gloria, resplandece en el rostro de Aquél, que ha quitado los pecados de los creyentes (ver 1 Timoteo 1: 11). Esta manifestación, fue dada al Hermano Pablo, de una forma tan característica y especial que, le llamó: “mi Evangelio” (ver 2 Timoteo 2: 8 ); este Evangelio, comprendía más que la salvación, por excelso (eminente) que sea este hecho, El Apóstol, estaba anheloso (ansioso) de dar a conocer “EL MISTERIO DEL EVANGELIO...que separa a los creyentes, del primer hombre (el terrenal), asociándolos con el Cristo glorificado en el cielo”.

Así también, “LA BUENA NUEVA DEL REINO”, volverá a ser anunciada en el futuro: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. (San Mateo 24: 14):

  • El Evangelio Eterno. Esa Buena Nueva del Reino, es sin fluctuación (incertidumbre, duda, vacilación) alguna, aquella que se proclamará, también: “EL EVANGELIO ETERNO...a los gentiles; que ha sido anunciado desde el principio de los tiempos: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Génesis 3: 15). “que la simiente de la mujer, heriría la cabeza de la serpiente”.

La confirmación del Evangelio Eterno. “6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, 7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas“ (El Apocalipsis 14: 6, 7). Es el Testimonio, dado por el poder Angélico, y este será: “TEMED A DIOS, Y DADLE GLORIA, PORQUE LA HORA DE SU JUICIO HA LLEGADO”, junto con el Mandato de: “ADORAR AL CREADOR”.

LA ORDEN DE DIOS:

 “ENSEÑAR Y PREDICAR EL EVANGELIO DEL REINO”.

Cuando nos referimos a “enseñar y predicar”, no debemos confundir una expresión con la otra, mas aún, tratándose sobre la enseñanza y predica del Evangelio del Reino. Pero, nuestro Estudio Bíblico, no está orientado a  establecer discrepancias (diferencias) ni analogías (semejanzas), entre estos dos términos. Mas sí, se dispone el Estudio, en explicar la enseñanza que nos ha dado nuestro Señor Jesucristo, en cuanto a las condiciones para profesar esa enseñanza; Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” (2 Timoteo 2: 2) ; “...sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;” (1 Timoteo 3: 2); “Porque el siervo del Señor..., apto para enseñar,...;” (2 Timoteo 2: 24); es decir, las cualidades y el carácter, que debe ser notorio, en quien recibe el llamamiento a enseñar “Las Buenas Nuevas de paz y de salvación, de Dios, para nosotros”. De igual forma, hacernos conocedores, sobre el cómo y qué se predica, sobre “La Palabra del Señor”; para que así, cumplamos con esa Orden, con ese Mandamiento Divino.

 LA ENSEÑANZA: “De Las Buenas Nuevas de Paz y de Salvación de Dios”.

Si Dios, nos ha hecho ese llamamiento a enseñar, a evangelizar en Su Santo Nombre, y al haber creído que Cristo, es Su Hijo Amado, el que ha salido y venido de ÉL; también, tenemos entonces, la convicción de que: “Todas la Escritura, es inspiración Divina”: “16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. “ (2 Timoteo 3: 16, 17); y que en cuanto a esta Escritura, se debe enseñar, y no entorno a otra.

Así las cosas, este llamamiento, es dado mediante el Divino Poder, una vez tenemos el conocimiento sobre Dios; haciéndonos participantes de esa Naturaleza Divina, por cuanto se ha renunciado a la corrupción, que a causa de los deseos en la carne, hay en el mundo: “Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.” (1 Timoteo 6: 11). Por ello, oremos en todo momento, al Creador (Padre), para que por intermedio de nuestro Redentor (Hijo), nos sea concedido: “el hablar, el enseñar, inspirados por el Santo Consolador (Espíritu Santo) (ver 2 Pedro 1: 3- 10; 12, 13, 16; 19- 21); en toda piedad, benevolencia, benignidad, bondad, compasión y misericordia, para con nuestro prójimo; haciendo el bien a todos, pero, especialmente, para con la familia de la fe (creyentes) (ver Gálatas 6: 10). Y, si estamos hablando de esa piedad, entonces, estamos declarando “EL MISTERIO DE LA PIEDAD”: “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la  piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.” (1 Timoteo 3: 16). Y aunque no es el tiempo de este Estudio, para escudriñar, sobre tan Magno Misterio (que en otro Estudio Bíblico, se tratará); si es conveniente decir que, hace reticencia (alusión), al Misterio de la Salvación en nuestro Señor Jesucristo (ver Romanos 16: 25, 26); también llamado Misterio de la Fe (ver 1 Timoteo 3: 9); o también, Misterio del Evangelio (ver Efesios 6: 19, 20). Resumiendo, entonces, este Misterio Cristiano, es el propósito Divino, de redención (salvación) por medio de Cristo, y que abarca a toda la Creación.

Habiendo hecho un preámbulo (introducción), sobre el Misterio de la Piedad, por ser menester (necesario), por cuanto, es el “FUNDAMENTO ESPIRITUAL”, en que nos ha instruido nuestro Señor Jesucristo, para la enseñanza de “LAS BUENAS NUEVAS”: “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,” (1 Timoteo 6: 3); “Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad;” (1 Timoteo 4: 7); y una vez revelado: “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. (San Mateo 11: 25); entonces, aprenderemos  sobre esas cualidades, y el carácter con que debemos enseñar “Las Buenas Nuevas de paz y de salvación, de Dios, para nosotros”, esas gratas nuevas, o Misterio de la Piedad (Evangelio), en que nos debemos ejercitar:

RECONOCER QUIÉN ES NUESTRO DIOS. Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.” (Éxodo 20: 2). Es este “EL GRAN MANDAMIENTO”: “28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” (San Marcos 12: 28- 30); “4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deuteronomio 6: 4, 5).  Así que, Amados, es primordial que tengamos muy en claro, quién es nuestro Dios, Único y Verdadero: ¡JEHOVÁ, ES!. Y mi respetuosa reiteración, se basa en que el texto Bíblico, se fundamenta en Mandatos (Mandamientos, Preceptos, Normas, etc), y en cuanto a estos, su base en Los Diez Mandamientos” (ver Éxodo 20); pero, hay quienes en su afán de enseñar y predicar La Palabra del Señor: “CONFUNDIDOS...CONFUNDEN AL PUEBLO...A LA IGLESIA DE DIOS”; hablando sobre dichos Mandamientos o Mandatos Divinos, sin tener en cuenta: “EL GRAN MANDAMIENTO”, que real y verdaderamente, se vislumbra (entrevé, percibe, distingue, aprecia, comprende, entiende, conjetura) en el “VERSO 2,  DEL CÁPITULO 20, DEL LIBRO DE ÉXODO”.

TENER AMOR DE DIOS, Y DAR ESE AMOR, A NUESTRO PRÓJIMO. ..., y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello. (San Lucas 11: 42).

CUMPLIR LOS MANDAMIENTOS Y ENSEÑARLOS. (Ver Éxodo 20); De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. (San Mateo 5: 19).

CUMPLIR LA LEY. No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” (San Mateo 5: 17); (Ver Éxodo 20).

APTOS PARA ENSEÑAR. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” (2 Timoteo 2: 2) ; “...sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;” (1 Timoteo 3: 2); “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;” (2 Timoteo 2: 24).

TENER SABIDURÍA. “Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?.” (San Mateo 13: 54); “Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos?.” (San Marcos 6: 2); “4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. 6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. 7 Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria,” (1 Corintios 2: 4- 7); “a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;” (Colosenses 1: 28); “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.” (Colosenses 3: 16); “Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.” (2 Timoteo 2: 7)

MANSOS. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. (San Mateo 5: 5); que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,” (2 Timoteo 2: 25).

JUSTOS. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” (San Mateo 5: 6); Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (San Mateo 5: 20); ...,y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.” (San Lucas 11: 42).

MISERICORDIOSOS. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. (San Mateo 5: 7).

LIMPIOS DE CORAZÓNBienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. (San Mateo 5: 8 ); “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.” (2 Timoteo 2: 22).  

PACIFICADORES. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. (San Mateo 5: 9).

HACER BUENAS OBRAS. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.  (San Mateo 5: 16); “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” (2 Timoteo 2: 21).  

NO MATAR. “No matarás.” (Éxodo 20: 13); Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.” (San Mateo 5: 21).

NO SUFRIR ENOJO. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. (San Mateo 5: 22); Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,” (Efesios 4: 26). 

OFRENDAR. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,” (San Mateo 5: 23).

RECONCILIADORES. “24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.” (San Mateo 5: 24, 25).

PAGAR NUESTRAS DEUDAS. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.” (San Mateo 5: 26).

NO SER ADULTEROS. No cometerás adulterio.” (Éxodo 20: 14); 27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.” (San Mateo 5: 27, 28 ).

NO DAR LUGAR AL DIABLO. ni deis lugar al diablo.” (Efesios 4: 27); “29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.” (San Mateo 5: 29, 30); y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (2 Timoteo 2: 26).

NO PERJURAR. “33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. 34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello.” (San Mateo 5: 33- 36). Se relaciona con el falso juramento, al ser este último, una promesa de obligatorio cumplimiento, el quebrantarlo, es usar de la mentira o jurar en falso.

NO SER CONTENCIOSOS. ”39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. (San Mateo 5: 39, 40, 42); “23 Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.  24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;” (2 Timoteo 2: 23, 24).

AMAR AL PRÓJIMO. “16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” (Éxodo 20: 16, 17); “43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” (San Mateo 5: 43, 44, 45).

SER PERFECTOS. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” (San Mateo 5: 48 ); “a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;” (Colosenses 1: 28 ).

TENER AUTORIDAD. porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.” (San Mateo 7: 29); Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.” (San Marcos 1: 22).

NO ENSEÑAR DOCTRINAS NI MANDAMIENTOS DE HOMBRES. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. (San Mateo 15: 9; San Marcos 7: 7); Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina,” (1 Timoteo 1: 3); “3 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias,  pleitos, blasfemias, malas sospechas,  5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.” (1 Timoteo 6: 3- 5); Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.” (1 Timoteo 6: 11); Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.” (2 Timoteo 2: 16); “10 Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión, 11 a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene.” (Tito 1: 10, 11).     

ENSEÑAR EL EVANGELIO, CON VERDAD. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,” (2 Timoteo 3: 16);  “Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.” (San Mateo 22: 16); “Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?” (San Marcos 12: 14); “Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.” (San Lucas 20: 21); Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;” (1 Corintios 15: 3); Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.” (1 Timoteo 4: 6); “15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. 16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. (1 Timoteo 4: 15, 16).   

ENSEÑAR A ORAR, COMO EL SEÑOR,  NOS ENSEÑÓ. 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. (San Lucas 11: 2- 4).

AYUDAR AL NECESITADO. 5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; 7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” (San Lucas 11: 5- 10); “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” (Hechos 20: 35).  

EXHORTADORES. Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan“ (San Lucas 11: 13); “11 Palabra fiel es esta:  Si somos muertos con él, también viviremos con él; 12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. 13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo. 14 Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.” (2 Timoteo 2: 11- 14); “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.” (Tito1: 9).

OÍR LA PALABRA DEL SEÑOR Y GUARDARLA. “Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan. (San Lucas 11: 28); que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo,” (1 Timoteo 6: 14); retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada,...” (Tito1: 9).

DAR LIMOSNA. Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio. (San Lucas 11: 41); “...y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” (Hechos 20: 35).  

DIEZMAR. Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.” (San Lucas 11: 42).

PERMITIR Y ACEPTAR QUE DIOS, NOS ENSEÑE; QUE EL ESPÍRITU SANTO NOS ENSEÑE. “9 Antes bien, como está escrito:  Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. ” (1 Corintios 2: 9- 10); “Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.” (San Juan 8: 28 ); Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. (San Juan 6: 45);  Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. (San Juan 14: 26);  porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir. (San Lucas 12: 12); “lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. “ (1 Corintios 2: 13); Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;” (1 Corintios 15: 3).

IMPARTIR LA ENSEÑANZA DE DIOS, EN CUALQUIER MOMENTO Y LUGAR. Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;” (San Lucas 13: 10); Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba.” (San Juan 7: 14); Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. (San Lucas 13: 26); pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.” (1 Corintios 14: 19).  

NO HACER ACEPCIÓN DE PERSONAS. “Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.” (San Lucas 20: 21). 

NO MIRAR LA APARIENCIA DE LOS HOMBRES. “Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.” (San Mateo 22: 16).

FERVOROSOS. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan.” (Hechos 18: 25).

DILIGENTES. “...hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan.” (Hechos 18: 25); Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. “ (2 Timoteo 2: 15).

TENER LA MENTE DE CRISTO. “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” (1 Corintios 2: 16).

NO CODICIOSOS. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” (Éxodo 20: 17); “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Timoteo 6: 10).

SER EJEMPLO DE LOS CREYENTES. “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.” (1 Timoteo 4: 12).

OCUPARSE EN LA LECTURA, LA EXHORTACIÓN Y LA ENSEÑANZA“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.” (1 Timoteo 4: 13).

NO DESCUIDAR LOS DONES. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.” (1 Timoteo 4: 14).

FE. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.” (1 Timoteo 6: 12).  

NO ENREDADO EN LOS NEGOCIOS DE LA VIDA. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.” (2 Timoteo 2: 4). Es decir, no nos confundamos, no nos turbemos, no nos ocupemos, de esas cosas naturales (cosas, obras materiales); ocupémonos, mejor en los negocios de nuestro Padre Celestial, que son los espirituales; pues, el militar  (actuar, participar, concurrir, contribuir, desplegar, existir) en esas obras naturales (materiales), nos aleja de nuestro Dios, olvidándonos poco a poco de ÉL, desplazándole, y desagradando a ÉL.

Amados, y son muchas más, “LAS CUALIDADES ESPIRITUALES”, que deben ser notorias en nosotros, quienes anhelamos ser SIERVOS Y SIERVAS, DEL DIOS VIVIENTE”, en cuanto a enseñar “EL EVANGELIO”; pero, si guardamos sus mandamientos, haciendo lo agradable delante de ÉL, y le oramos y pedimos “AL DIOS, QUE ES ESPÍRITU”: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (San Juan 4: 24), y lo hacemos con un corazón contrito y humillado, sencillo, manso y sincero, ante ÉL; pues Hermanos míos, tenemos un “DIOS, JUSTO Y BUENO”, que por Su Eterna Misericordia, si ello le pedimos: “7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” (San Mateo 7: 7, 8 ); y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.” (1 Juan 3: 22);  con “FE ”, y sin dudarlo: HECHO SERÁ!: Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho.” (San Mateo 21: 21). Y todo nos es enseñado, por nuestro Dios, con el propósito de que nosotros, seamos idóneos en esa La Palabra, de ÉL; y también enseñemos a nuestros Hermanos, y de esta manera, aprender a conducirnos, y sea edificada la Iglesia de Cristo: “para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” (1 Timoteo 3: 15). Así que, debemos ocuparnos en la lectura de la Santa Escritura, pidiéndole “AL SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA”, por intermedio de nuestro Señor Jesucristo, que nos conceda la capacidad de: entendimiento, comprensión, ciencia, inteligencia, y sabiduría, para que además, con ello, nos sean “REVELADOS SUS SANTOS MISTERIOS”.

LA PREDICACIÓN: “Del Misterio del Evangelio”.

Una vez manifestado (en un siervo o sierva) “EL LLAMAMIENTO A PREDICAR (a evangelizar)”, y conforme al propósito de Dios, siendo ÉL, quien envía a predicar: “¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?...” (Romanos 10: 15); prosigue entonces: “LA PRÉDICA  DE ESAS GRATAS NUEVAS”.

Pero, bueno es que, inicialmente, precisemos que “PREDICACIÓN”, como término lingüístico (gramatical, filológico, académico), significa “un anuncio, o dar a conocer” . Ahora, en cuanto al Evangelio, indudablemente, afirmamos que es “el anuncio de las buenas noticias, de las Buenas Nuevas de Paz y de Salvación de Dios, para su Pueblo”; la Iglesia en Jerusalén, fue asolada y perseguida, y los Creyentes, dispersos por otras tierras; mas los Apóstoles, resistieron a estos ataques: “....En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.” (Hechos 8: 1); no obstante, esa dispersión, traía consigo “BUENAS NUEVAS”: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.” (Hechos 8: 4), con este hecho atroz (cruel), contra el pueblo de Dios, en Jerusalén; ese mismo acontecimiento, dio lugar a que, la predicación de La Palabra del Señor del Cielo y de la Tierra, trascendiera a otros lugares. Nuestro Señor, se sirve de la predicación, para dar a conocer a los hombres: “SU AMOR Y LA OBRA DEL SEÑOR JESUCRISTO”: ...Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.” (San Juan 6: 29); “esa Obra, que es el creer en Su Hijo Amado, el creer que Jesús, es el Pan de Dios, que es Aquél, que descendió del Cielo, y que da Vida al mundo  (véase San Juan 6: 33); y sobre Su Obra, el Señor Jesucristo, le dice al Padre: Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.” (San Juan 17: 4); porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.” (San Juan 17: 8 ); y es que: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10: 14); en todo, Hermanos míos, es necesario que creamos en nuestro Señor Jesucristo, que es el Hijo del Dios Todopoderoso, que de ÉL, vino, y que por ÉL, fue enviado a la tierra. Así las cosas, debe haber Siervos y Siervas, que se dediquen a cumplir esa Orden del Señor: “PREDICAR SU OBRA, SU EVANGELIO, SU PALABRA, SU DOCTRINA, SU LEY Y SUS MANDAMIENTOS”: y como ya se estudio en la primera parte de “LA OBRA DE DIOS Y SU ORDEN”, sobre que esa Obra de nuestro Señor Jesucristo, encomendada por EL PADRE, a ËL; fue acabada por nuestro REDENTOR; pues les digo Amados, que esa “DIVINA OBRA”, continúa, por medio de nosotros (Siervos y Siervas Evangelistas): Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,” (San Juan 17: 20). He aquí, que quien cree en Cristo, tiene fe, convicción en La Palabra del PADRE; y esa fe, es por oír, por escuchar, la predicación del Evangelio; y ese oír, ese escuchar, es por La Palabra de Dios (Evangelio, que es Dios con nosotros...Evangelio, que es PODER DE DIOS): “16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. 18 Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y hasta los fines de la tierra sus palabras.” (Romanos 10: 16- 18 ). “LA IMPORTANCIA DE LA PREDICACIÓN, ESTÁ SEÑALADA CON LAS PALABRAS: Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10: 17)”.”.  De esta manera: PARA QUE LA PALABRA, APROVECHE...DEBE IR ACOMPAÑADA DE FE, EN QUIENES LA ESCUCHAMOS: “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” (Hebreos 4: 2).

El fundamento de la Predicación o proclamación cristiana, es: “EL HOMBRE Y LA OBRA DEL SEÑOR JESUCRISTO”:

  • Dios, manifestado en carne: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.  “ (Juan 1: 1, 14)”.

  • Muerto, por nuestros pecados; y...Resucitado, por nuestra justificación: el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” (Romanos 4: 25); “E indiscutiblemente,  grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.” (1 Timoteo 3: 16)

  • Y, volverá  para juzgar al mundo con justicia: por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17: 31); Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.” (Hechos 24: 25); relacionada con este anuncio, es la enseñanza dada al Cristiano, en cuanto a la promesa hecha por Cristo, de su recogimiento: “1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,  vosotros también estéis.   4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.” (San Juan 14: 1- 4); (véase 1 Tesalonicenses 4: 13- 18; El Apocalipsis 22: 20). Así se constituye ahora, la “esperanza del Cristiano”; y es esta su motivación para agradar al DIOS VIVIENTE y SALVADOR JESUCRISTO,  que se dio a Sí mismo, para rescatarnos y purificarnos :  “11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” (Tito 2: 11- 14).

En tiempos pasados (Antiguo Testamento), hubo una gran cantidad de hombres que anunciaban (predicaban) “EL MENSAJE DE DIOS”, para el Pueblo. Veamos algunos ejemplos, entre otros:

  • En cuanto a Noé, se observa en el Cánon Bíblico que, fue anunciador (pregonero) de justicia: “Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.” (Génesis 7: 1);y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;” (2 Pedro 2: 5).

  • El rey Salomón, se autodenomina “el predicador”: “Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.” (Eclesiastés 1: 1).

  • El Hermano Pablo, fue designado predicador (heraldo): “Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.” (1 Timoteo 2: 7)“del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.” (2 Timoteo 1. 11); “sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” (1 Corintios 9: 27)

A Dios, le ha sido agradable “salvar a los creyentes, usando de la predicación”: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” (1 Corintios 1: 21).

Como se nos ha enseñado por nuestro Padre, El Evangelio (siendo Uno), ha sido anunciado de diversos modos, a través de los tiempos en la tierra, y de generación en generación; lo cual genera unas formas especiales en su carácter (representación). De tal manera que, si en la Antigüedad, tuvo cierta revelación (que ya conocemos en nuestro Estudio, como ejemplos: lo acontecido a Adán y Eva, Noé, Abraham y al pueblo Israelita, entre otros), pues ahora, también nosotros, nos deleitamos con esas Buenas Nuevas; que fueron preanunciadas, por nuestro Dios mismo, a través de algunos Varones de Dios (Profetas): “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;” (Isaías 61: 1). Esa hermosa Promesa, que nos hiciera El Dios Viviente, en el Antiguo Testamento; hoy, esa Palabra Divina, se ha cumplido, porque esas Buenas Nuevas, son “EL EVANGELIO”. Y es que también se dijo: “5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.” (Isaías 35: 5, 6); esas aguas, hacen mención a La Palabra de Dios (Evangelio, Doctrina), aguas que irrigarían (inundarían) ese desierto, que representa al mundo, que también hace referencia a esa cárcel, que es el pecado, nos representa a nosotros; a nosotros los gentiles, que somos esos pobres, a quienes se anuncio El Evangelio (véase San Mateo 11: 5); somos esos abatidos, quebrantados de corazón, cautivos, presos, como se mencionara, en la cárcel del pecado (véase  Isaías 61: 1; San Lucas 7: 22). Y esas Buenas Nuevas (preanunciadas para nosotros, en la antigüedad);

  • Quien fue enviado a predicar buenas nuevas,

  • esas Aguas que serían cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad...,

es nuestro Señor Jesucristo, Emanuel (ver Isaías 7: 14): “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (San Mateo 1: 23).

Conociendo ya que, es Cristo, el Hijo de nuestro Dios; porque de Él, salió, y fue ÉL, quien lo envió; y que así lo creemos; pues ahora, también sabemos que nuestro Señor Jesucristo, es esa Palabra, la Promesa, el Evangelio.,. esas Buenas Nuevas de Paz y de Salvación de Dios, para nosotros; es la Representación del Reino de Los Cielos; entonces, estudiemos El Ministerio Terrenal, de nuestro Señor Jesucristo:

“1 En  aquellos  días  vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,...2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (San Mateo 3: 1, 2).

Juan -(Nació cerca del año 4 a.C., hijo del sacerdote Zacarías y de Elisabet (ambos descendientes de Aarón (véase San Lucas 1: 5)); lleno del Espíritu Santo, desde el vientre de su madre, y nacido para ser  consagrado (véase Números 6) y grande delante de Dios (véase San Lucas 1: 15); haría que gran parte del pueblo de Israel, se convirtiera al Señor, así preparando el camino, para la venida del Mesías (ver San Lucas 1: 16, 17; Malaquías 4: 5, 6). Último Profeta, del Antiguo Testamento (ver San Mateo 11: 13); fue decapitado por el rey Herodes Antipas, entre los años 29 y 30 d.C. (véase San Mateo 14:1, 10))-, Llamado “El Bautista”; entre los años 26 y 29 d.C., se dedica a predicar -(se cree que ejerció su Ministerio, en un año sabático (véase San Lucas 3: 1, 2))-, en el desierto de Judea -(en los alrededores del Valle del Jordán (ver San Lucas 3: 3))-; cumpliendo su misión: de anunciar, de revelar, la venida del Mesías (en la Persona de Jesús) (véase San Juan 1: 15); es decir que: “el fundamento de su predicación, fue proclamar que el advenimiento del tiempo Mesiánico, estaba cumplido,  y advertía la necesidad de prepararse espiritualmente, en forma adecuada, para recibirlo” (ver Isaías 40: 1). De esta manera, su misión consistía en: “preparar al pueblo, enderezando sus caminos (véase San Mateo 3: 3; Isaías 40: 3), para la venida de nuestro Señor Jesucristo (El Mesías). Proclamó el mensaje de arrepentimiento: “...Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (San Mateo 3: 2); con grande fervor predicó a la gente, que llegaba de todos los lugares, exhortándolos (persuadiéndolos) a que se arrepintieran de inmediato, toda vez que el Reino de los Cielos, se había acercado. Así amonestaba al pueblo Judío,  para que confesando sus pecados,  se hicieran bautizar en el río El Jordán (el bautismo en agua, preparaba al pueblo, para algo nuevo, por cuanto los judíos, sólo bautizaban a los gentiles; este bautismo en agua, era por una sola vez, preparando así, para el bautismo en Espíritu Santo y fuego, por nuestro Señor Jesucristo (El Mesías), como lo hubieran preanunciado los Profetas). Por cuanto esto anunciaba, Juan, fue merecedor del epíteto (apodo, sobrenombre, seudónimo, remoquete), de: “EL BAUTISTA”; lo cual, desde entonces, le ha distinguido  de otros homónimos (parecidos, semejantes). Juan el Bautista, hacía la advertencia (exhortaba, persuadía, ordenaba) al pueblo, “de que creyeran en aquel, que debía venir tras él”: “...diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.” (Hechos 19: 4).

Preparado el camino del Señor: 2 Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. 3 Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas.” (San Marcos 1: 2, 3); estudiemos, entonces, su Ministerio:

Jesús, es bautizado por Juan. Y Jesús, viniendo de Nazaret de Galilea, a Juan al Jordán, para ser bautizado (ver San Mateo 3: 13), y una vez viéndole Juan, éste, se manifestó diciendo; “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” (ver San Juan 1: 29). Jesús, era aquel Varón, a quien Juan el Bautista, se refiriera: Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.” (San Juan 1: 30). Bautizado Jesús, se aposenta sobre ÉL, EL ESPÍRITU DE DIOS (ver San Mateo 3: 16).

 MINISTERIO DE JESÚS: “EL MISTERIO DE LA PIEDAD

Antes de adentrar (profundizar), en el Ministerio del Señor Jesús, en importante que conozcamos, recordemos, aclaremos dudas; es decir, aprendamos sobre aspectos referentes a los nombres (títulos) que El Señor, usó precisamente durante ese Ministerio Suyo, en la tierra:

  • JESÚS. Con frecuencia, encontramos este nombre en los Libros, de los Evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan; pero, ocasionalmente, en otros a partes  del Texto Bíblico. Su significado: “SALVADOR” : Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (San Mateo 1: 21).

  • CRISTO. Expresa el vocablo: “UNGIDO”, refiriéndose El Señor, a Sí mismo, con tal título: y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;” (San Lucas 24: 46). También, se usaba en forma personal: Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.” (San Marcos 1: 1); Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. (San Juan 17:  3).

Es relevante (notable), que durante los días del Ministerio del Señor Jesús, “hubo, preexistía una prohibición”:¡ DE DAR A CONOCER A JESÚS, COMO “EL CRISTO” ! Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.” (San Mateo 16: 20); “También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” (San Lucas 4: 41). Esta prohibición (negativa, oposición, exclusión, interdicción, entredicho, contravención, proscripción), tenía el propósito de evitar que el pueblo, “lo esperara como un Mesías político (estadista, ministerial, gobernante, personaje, correligionario, figura estatal, gubernativo), y que de hecho, también tuvieran en ÉL, la expectativa (posibilidad, interés), de que lograría la libertad nacional, para ellos. “Pues, no fue con esta Orden, que nuestro Señor Jesús, vino a la tierra”.

  • HIJO DEL HOMBRE. Es otra forma de Jesús, referirse a Sí mismo, y que empleo con más frecuencia. En ocasiones, enfatizando (destacando) su humanidad; empero, principalmente, apuntando a su trascendencia como “FIGURA CELESTIAL”: “69 Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios. 70 Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy.” (San Lucas 22: 69, 70).

Utilizando este nombre:  “HIJO DEL HOMBRE”, más que el de Mesías, como lo hiera públicamente Jesús; pudo evitar la sugerencia (insinuación, indicación, consejo, invitación, proposición, propuesta), que su “MISIÓN” (servicio, labor, tarea, cometido, gestión, trabajo, ocupación) fuera política, y en cambio, pudo poner en el nombre o título, su propio contenido: EL VERDADERO, QUE SE REFIERE A SER “FIGURA CELESTIAL, Y NO TERRENAL” .

  • VERBO. Varios títulos (nombres), conciernen a la MISIÓN de Cristo, más que a su Persona, como se ha estudiado anteriormente, en los títulos de “CRISTO, e HIJO DEL HOMBRE”. Ahora, “VERBO”, es este nombre por excelencia el que, denota el ser “EL REVELADOR DE DIOS, QUIEN DA A CONOCER LA NATURALEZA Y PROPÓSITOS DEL TODOPODEROSO”. ES ESTA SU VERDADERA MISIÓN, Y NO LA POLÍTICA (COMO LO PRETENDIERA EL PUEBLO): En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (San Juan 1: 1, 14); “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” (1 Juan 1: 1).
 
  •  EMANUEL.  Pocas veces, aparece este nombre (título), en el Cánon Bíblico, expresa; DIOS CON NOSOTROS”: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (San Mateo 1: 23); igualmente, lo encontramos en EL Libro del Profeta Isaías:  Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7: 14);  “y pasando hasta Judá, inundará y pasará adelante, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel.” (Isaías 8: 8 ).

 

  • NAZARENO. Jesús, fue llamado así muy a menudo: “NAZARENO”: Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;” (San Lucas 24: 19). Esto, “POR LOS AÑOS QUE VIVIÓ EN NAZARET”: y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.” (San Mateo 2: 23).

 

  • HIJO DE DIOS. Es uno de los nombres más familiares, para Jesús. Sólo en el Libro de San Juan, lo usa de sí mismo: De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.” (San Juan 5: 25); ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” (San Juan 10: 36); “Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” (San Juan 11: 4). Mas, en todos los demás, usa su equivalente, “el Hijo”:  Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” (San Mateo 11: 27).

 

  • HIJO DE DAVID. Constantemente, en el tiempo de Su Ministerio, se dirigieron a Jesús, como Hijo de David: Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” (San Mateo 21: 9); Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” (San Lucas 18: 38 ). Título mesiánico, distintivo, que lo señalara a ÉL, como “EL ÚNICO QUE CUMPLIÓ EL PACTO DAVÍDICO”. 

 

  • DIOS. En varios pasajes, se proclama que Jesús, es “DIOS”: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” (San Juan 1:1); “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!“ (San Juan 20: 28 );de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Romanos 9: 5); “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,” (Tito 2: 13); Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.” (Hebreos 1: 8 ); entre otros.

 

  • SEÑOR. Vehementemente (apasionadamente, exaltadamente),decimos que: “ningún término es más expresivo de la fe de los primeros creyentes, en Jesús, que: “SEÑOR”: “DENOTA LA SOBERANÍA DE CRISTO, Y SU PRIMACÍA SOBRE EL CREYENTE, LA IGLESIA COMO UN CUERPO, Y SOBRE TODAS LAS COSAS”: Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” (Hechos 2: 36); “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.” (Hechos 10: 36);  “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Romanos 10: 9);  “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.” (1 Corintios 8: 6); “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” (1 Corintios 12: 3); “y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2: 11).

NUESTRO SEÑOR JESÚS; también es conocido durante su Ministerio, en la tierra, como:

  • EL SIERVO. sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; “ (Filipenses 2: 7);He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio.” (San Mateo 12: 18 ); Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (San Marcos 10: 45).

  • EL SALVADOR. que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” (San Lucas 2: 11); “y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.” (San Juan 4: 42).

  • EL CORDERO DE DIOS. 29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.” (San Juan 1: 29, 36); “sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,” (1 Pedro 1: 19); “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.” (El Apocalipsis 5: 6).

  • EL SUMO SACERDOTE. “Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,” (Hebreos 9: 11).  

  • EL MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” (1 Timoteo 2: 5).

  • EL ÚLTIMO ADÁN. Es nuestro Señor Jesús, “EL POSTRER ADÁN (Último, Final)”: Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.” (1 Corintios 15: 45)“12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.” (Romanos 5: 12- 21).
 “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.” (San Marcos 1: 1).

Estando Juan el Bautista, preso a manos del rey Herodes; Jesús, llega a Galilea, a Capernaum:  “12 Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea; 13 y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, 14 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: 15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; 16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció.” (San Mateo 4: 12- 16); (Véase Isaías 9: 1- 7). “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,” (San Marcos 1: 14). Desde es tiempo, Jesús, inició su Ministerio, anunciando: “Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos, se ha acercado (véase San Mateo 4: 17); el Dios del Cielo, acercó a nosotros su Reino, que jamás será destruido, ni será el Reino dejado a otro pueblo; Reino, que desmenuzará y consumirá a otros reinos, mas este Reino, permanecerá para siempre (ver Daniel 2: 44); el tiempo para que este Reino, se manifestara era ¡ya!; y con ello, se exhortaba a un arrepentimiento verdadero; y desde luego, Jesús, instaba a creer en el Evangelio, en “EL EVANGELIO ETERNO”: “diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (San Marcos 1: 15). Del tiempo que se habla, es sobre la manifestación (venida, advenimiento) del Mesías (nuestro Señor Jesucristo). Hermanos, si  nos disponemos a observar,  a leer con detenimiento (esmero, celo, amor, diligencia) la Santa Escritura; nos daremos cuenta que a través de los tiempos, EL EVANGELIO Y SU PREDICACIÓN, siempre ha sido el mismo (ahora, no me refiero a su carácter (manifestación) ya estudiado); de ahí que, cuando Noé, pregonara Justicia al inicio del Cánon Bíblico; y cuando el Apóstol Pablo, predicara a los gentiles (nuevas generaciones); y así también, cuando predicó Jesucristo hombre; pues tras un exhaustivo (profundo) estudio, afirmamos que: “! EL EVANGELIO Y SU PREDICACIÓN...UNO ES...SIEMPRE HA SIDO EL MISMO...LAS MISMAS BUENAS NUEVAS, ACOMPAÑADAS DE LA CONVIDADA A ARREPENTIRSE VERDADERAMENTE, Y A ANUNCIAR LA PALABRA DEL SEÑOR, ES DECIR, A PROCLAMAR EL REINO DE LOS CIELOS...A CREER EN NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO !”

Al estudiar con detenimiento, El Ministerio de Cristo, observamos que, este Ministerio, es dividido en los Oficios que cumple Jesús: PROFETA...SACERDOTE...Y REY. En cuanto Jesús, fue bautizado, recibió Confirmación Divina, para ejercer su “MISIÓN”; y la Unción del Espíritu Santo, para el cumplimiento de esa “MISIÓN”. Así, mediante el bautismo, cumplía toda justicia: Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.” (San Mateo 3: 15); en el sentido de que se estaba identificando así mismo, con aquellos a quienes vino a redimir. Este Ministerio Mesiánico, fue corto. Esto, fijándonos en el número de Pascuas (véase San Juan 2: 23; 5: 1; 6: 4; 13: 1); así las cosas, este periodo o era ministerial del Mesías, se basó en un poco más de dos años, y quizá, un tanto más de tres.
 

El Ministerio de nuestro Señor, muestra tres connotaciones, bien importantes:
 

  • Su Mensaje, contenía la proclamación del Reino de Dios; del Gobierno de Dios, en la vida Humana; y el anuncio del Reino, en la historia. Reino, que era para el futuro (ver San Mateo 25: 31 y ss.); así también, un Reino presente (véase San Lucas 11: 20); relacionando  El Reino, con la actividad de echar fuera demonios (Jesús, invade el reino de satanás, con esta actividad, y de esta forma); “EL REINO DE DIOS, YA HA VENIDO”.

 
  • Lo Fundamental en el Ministerio de Jesús, fue hacer la Voluntad de Dios (EL PADRE): Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (San Mateo 6: 10); (véase San Mateo 12: 50; San Marcos 14: 36; San Juan 4: 34); ello se manifiesta, por medio de la fe en el Hijo de Dios (ver San Juan 3: 3, 5, 15, 16).

 
  • Su Ministerio, fue dado en gran manera, a las multitudes, en el momento de su fase inicial (primera): Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (San Mateo 4: 17). Entretanto, que gran parte del último año ministerial (fase segunda), lo dedicó a la instrucción, a la enseñanza de los doce discípulos, escogidos por ÉL: “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.” (San Mateo 16: 21). En gran manera, el Señor Jesús, dio Su Enseñanza, a través de parábolas: “Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?” (San Mateo 13: 10); por lo general, se basaban en fases de la naturaleza: “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;” (San Mateo 13: 31), o en experiencias de la vida humana: Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;” (San Mateo 13: 47). Esta forma de enseñar, mantuvo el interés de quienes lo escuchaban: “HASTA QUE SE PODÍA HACER LA APLICACIÓN ESPIRITUAL”: 18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.” (San Mateo 13: 18- 23).


 
Principiado El Ministerio del Señor, recorrió toda Galilea, enseñando a las multitudes y proclamando el Reino: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.” (San Mateo 9: 35). Así el Reino de los Cielos, era instruido (enseñado) al pueblo:  Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;” (San Mateo 11: 5), (Véase San Lucas 7: 22; San Marcos 1: 39). Una vez, El Señor, fue avisado sobre la muerte de Juan el Bautista: Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús.” (San Mateo 14: 12); prosiguió con la Orden, que fuera dada por EL PADRE (Dios); cual es predicar El Evangelio del Reino: “Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él,” (San Lucas 8: 1); El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. (San Marcos 16: 16). La Enseñanza que nuestro Señor Jesús, nos quiere dar es: “que a pesar de que nos sucedan hechos (acontecimientos) lamentables en esta vida: Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.” (San Mateo 11: 12), (como fuera para ÉL, durante Su Ministerio, “LA MUERTE DE JUAN EL BAUTISTA”), debemos seguir adelante con la “ORDEN DE DIOS”, con más ahínco, con más amor, con más entrega, hacia “LOS NEGOCIOS DE NUESTRO PADRE”; tenemos un Dios: “BUENO Y JUSTO; MISERICORDIOSO, PIADOSO”,...que premia a Sus Siervos y Siervas, en público”. Vemos así como, EL Señor Jesús, se manifestaba en cuanto a Juan, cuando éste último, aún no había muerto: “7 Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 8 ¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están. 9 Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 10 Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. 11 De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.” (San Mateo 11: 7- 11); y esto Hermanos, aunque Juan el Bautista, no había hecho ningún milagro: “13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14 Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir. 15 El que tiene oídos para oír, oiga.” (San Mateo 11: 13- 15); El Señor Jesús, elogió a Juan, exaltándolo  en público; expresó su generosa estima (aprecio) por El Bautista; diciendo además, que, Juan, había sido verdaderamente,  un Mensajero de Dios, enviado para prepararle el camino (ver San Mateo 11: 10). De esta manera, también a nosotros, nos recompensa:  Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, (San Juan 17: 20). Privados los discípulos, de su maestro (Juan el Bautista), siguieron a Jesús, porque recordaron: Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.” (San Juan 1: 30).
 
El Señor, mismo, nos capacita para predicar, para evangelizar. Dios, nos instruye, nos capacita,  para que le sirvamos, en Su Obra, incluyendo la Oración: “1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar,... 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.” (San Lucas 11: 1, 2, 3, 4); también el Ayuno: “15 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.” (San Mateo 9: 15). Así, Dios, por medio de Juan, capacitaba también, a sus discípulos, proveyéndolos en la Oración, como lo manifestaran los discípulos de Jesús: “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.” (San Lucas 11: 1); de igual forma, El Señor, por intermedio del Bautista, también incluyo el ayuno, para los discípulos: “Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?” (San Mateo 9: 14). Juan el Bautista, enseño su discipulado, en cuanto al Mesías y Su Obra. No obstante, esta capacitación para los Siervos y Siervas del Señor, y el Testimonio de nuestro Señor Jesús, en cuanto a la manera y carácter, como se debe predicar El Evangelio del Reino; debe haber en el discípulo, “La Disposición”. Esta habilidad, es inherente (inseparable), de la capacitación;

La Disposición. “7 Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia.  9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. 10 Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis antes, no sólo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado. 11 Ahora, pues, llevad también a cabo el hacerlo, para que como estuvisteis prontos a querer, así también lo estéis en cumplir conforme a lo que tengáis. 12 Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene.”  (2 Corintios 8: 7, 9- 12). Dios, hace que en Sus Siervos y Siervas, abunde su Doctrina (Ciencia) y Enseñanza (Sabiduría); nos provee del Don de Fe; hace que Su Palabra, fluya con denuedo y en verdad, por nosotros; hace que obremos con solicitud (cuidado, atención, interés, deferencia, preocupación, celo, esmero), y con “AMOR”; El Señor, “PONE EL HACER Y EL QUERER”. Y ya que hemos recibido El Espíritu Santo, así debe ser nuestra disposición, hacia El Evangelio del Reino, hablando con palabras enseñadas por El Espíritu de Dios, acomodando lo espiritual a lo espiritual:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. “ (1 Corintios 2: 12, 13); porque sabemos que la ley es espiritual, Hermanos: Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.” (Romanos 7: 14).  

Enseñándonos, entonces, El Señor, y poniendo en nosotros, el hacer y el querer, que hace referencia a esa disposición; asimismo nos aparta para ÉL, para Su Evangelio; como no lo indicara su proceder, con el Hermano Pablo: “ Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,” (Romanos 1: 1). Y no avergonzándose del Evangelio, por haber sido llamado y apartado, como Siervo, del Señor Jesucristo; el Apóstol, enviado a los gentiles, exclamó: “16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1: 16, 17). Igualmente, nosotros, imitando al Señor Jesús, debemos ser fieles y leales al Señor del Cielo y de la Tierra; y estar en todo momento, dispuestos, a cumplir no solamente Su Obra (creer en nuestro Señor Jesucristo, Su Hijo), sino también, Su Orden (enseñar Su Palabra, predicar El Evangelio del Reino).

La Orden
. Amados, prestos (prontos, dispuestos, atentos, rápidos, ligeros, activos) al llamamiento y apartamiento para El Evangelio de Dios: “Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.” (San Marcos 6: 7); hay que cumplir “La Orden”: “Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen.” (San Marcos 6: 12); “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (San Marcos 16: 15); Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;” (San Mateo 28: 19); “47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 48 Y vosotros sois testigos de estas cosas. (San Lucas 24: 47, 48 ). Los doce (Apóstoles), y muchos más discípulos, estuvieron atentos (dispuestos) a las Ordenes del Señor Jesucristo: pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1: 8 ). Aún, el Mensajero enviado a los gentiles (Apóstol Pablo), estuvo presto a la Voz del Señor, y recibió Ordenes de nuestro Dios: Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas.” (Hechos 22: 10); Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.” (Hechos 22: 15); “Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.” (Hechos 22: 21).

Del mismo modo, en la antigüedad
(Antiguo Testamento), hubo Divinos y Grandes llamamientos y apartamientos, en otros Seres, que escuchando la Voz de Dios, estuvieron dispuestos para ÉL (ahora, sólo mencionaremos un ejemplo de ello): “4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.  6 Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado;  vuelve y acuéstate. 8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. “ (1 Samuel 3: 4, 6, 8 ). Pero, y desde luego, comedidos (dispuestos)  a cumplir Sus Ordenes:  “9 Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. 10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.” (1 Samuel 3: 9, 10). Y, aunque al Joven Samuel (Profeta), no le hubiese sido descubierta La Palabra de Dios, con anterioridad a su llamamiento, es decir que, sin conocer a Jehová (nuestro Dios), sin ser capacitado por ÉL (fue un hecho muy especial dentro del Cánon Bíblico), tuvo ese llamamiento Celestial; también es bien cierto que, desde antes de estar en el vientre de su madre (Ana, esposa de Elcana (véase 1 Samuel 1: 19, 20 )), fue apartado para El Señor, para Su Doctrina, para Su Enseñanza, para que cumpliera Sus Ordenes: E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.” (1 Samuel 1: 11). Ana, hizo voto de nazareato, sobre un Ser, que aún no había sido concebido; siendo así, quien posteriormente se llamara Samuel, apartado para El Señor. En tanto que, Jehová Dios, luego de hacerle ese llamamiento a Samuel; ahora sí, procedió a capacitarlo: “11 Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. 12 Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. 13 Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. 14 Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas.” (1 Samuel 3: 11- 14). Siguieron La Doctrina del Señor, el profeta Samuel, le sirvió.

El Cumplimiento de La Orden: “La Obediencia y Diligencia”
. Siendo obedientes (sumisos, dóciles, disciplinados, manejables, mansos, benignos) y diligentes (ágiles, acuciosos, expeditos):Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. “ (2 Timoteo 2: 15), cumplimos las Ordenes del señor; y es que, aún, nuestro Señor Jesucristo, cumplió “LAS ORDENES DEL PADRE”: Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.” (San Juan 17: 4); porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.” (San Juan 17: 8 ); El Señor Jesús, nos daba ese ejemplo de obediencia y diligencia. También Samuel, obedeció y fue diligente (véase 1 Samuel 3: 9, 10). Nosotros, debemos imitar a nuestro Señor: Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor....” (San Mateo 10: 25), siendo mansos y acuciosos; de esta manera, lo fueron sus Apóstoles (Los Doce): “12 Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. 13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.” (San Marcos 6: 12, 13), escucharon La Misión, que les encomendaba (Ordenaba) el Señor Jesús (ver San Mateo 10: 5 y ss.; San Lucas 9: 1- 6), y la cumplieron: Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado.” (San Marcos 6: 30). Y cumplida esa MISIÓN, tal como El Señor Jesús, les ordenara, le rindieron cuentas (le hicieron saber); los Apóstoles, hicieron la parte que les correspondía; y fueron recompensados: “31 El les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. 32 Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto.” (San Marcos 6: 31, 32). El Hermano Felipe, predicó Las Buenas Nuevas en Samaria (ver Hechos 8: 5, y ss.); El Apóstol Pablo, fue obediente y diligente, ante el Señor (véase Hechos 13: 32; 20: 24; 26: 20), El Hermano Pablo, siempre buscaba agradar a Dios, y no a hombre alguno: sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. “ (1 Tesalonicenses 2: 4). El Apóstol Pedro, también instaba a conocer de La Palabra del Señor, y a que se recibiera con obediencia y diligencia: Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.” (1 Pedro 1: 25).

Promesa tenemos, para Enseñar y Predicar El Evangelio del Reino
. De esta forma, también nosotros, hacemos una parte como discípulos de Cristo; como Siervos y Siervas, del Señor; como llamados y apartados por Dios, para Su Evangelio; la otra parte, es La Obra directa del Señor. Nuestro Padre Celestial, por Su Infinita Misericordia, y por Su Santa Voluntad, nos permite participar en Su Obra: y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”. (Efesios 6: 15). Debemos encumbrar (elevar) Oración al Señor, para que nos sea dada Palabra (Don de Palabra y Conocimiento): “y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,” (Efesios 6: 19). Y, siguiendo La Enseñanza del Señor, dada por medio del Apóstol Pablo, guardemos por siempre EL EVANGELIO DE LA FE”: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.” (2 Timoteo 4: 7). Cuando acabamos nuestra parte de la Orden encomendada por El Señor; ÉL, nos da nuestro galardón, y así poder ocuparnos de nosotros mismos.

La Promesa.
Amados, y así como a Los Doce, y a otros más Discípulos, les hiciera Promesa, nuestro Señor Jesucristo: pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1: 8 ); asimismo, La Promesa, es extensiva a Nosotros: “16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: 17  Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; 18  Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. 21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (Hechos 2: 16- 18, 21). Y así, recibiendo la Unción Espiritual, pronto estará, entonces, el “LLAMAMIENTO A EVANGELIZAR”.  

Y, antes del fin de los tiempos, El Evangelio del Reino, habrá de ser Predicado en todas partes: Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.” (San Marcos 13: 10); y por ello, seamos obedientes ante el Señor, agradándole; y oremos unánimemente, para que La Promesa, sea cumplida prontamente, para que recibamos el Bautismo en El Espíritu Santo, y que así ÉL, nos permita acceder a ser participantes de Su Obra y de Su Orden; porque El Evangelio Eterno (del Reino), será proclamado, hasta el último rincón en la tierra: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (San Mateo 24: 14).
 
LA ORDEN DEL SEÑOR, la gran comisión, es muy clara: “19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (San Mateo 28: 19, 20).


CONCLUSIÓN
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Practiquemos un arrepentimiento verdadero, ante El Señor; permitamos que ÉL, nos transforme, que ÉL, cambie nuestras vidas; permitamos que ÉL, nos enseñe sobre El Evangelio del Reino; permitamos que ÉL, llegue  con las Buenas Nuevas de Paz y de Salvación, para nosotros. Seamos obedientes, y haciendo lo agradable al Señor, hay que esforzarse por buscar (orando y alabando al Señor) el Bautismo en El Espíritu Santo, y que nos sean dados Los Dones Espirituales; siempre en espera de ese Llamamiento del Señor, a predicar su Santa Palabra, El Evangelio Eterno. Estar siempre, dispuestos para nuestro Dios. Y una vez, se nos confirme el Llamamiento, a ser Siervos del Buen y Justo Dios, entonces, cumplir con LA ORDEN IMPARTIDA POR EL SEÑOR, que sabiéndola cumplir con diligencia, y enseñando La Palabra de Verdad, muy seguramente, obtendremos esos favores, dádivas, galardones, misericordias, bendiciones celestiales; muy seguramente, nuestro nombre, estará siempre escrito en Los Cielos; muy seguramente, obtendremos esa Corona de Vida Eterna. No olvidemos, siempre estar practicando “LA DOCTRINA DEL ARREPENTIMIENTO...Y LA ENSEÑANZA DEL EVANGELIO”.

NOTA.

q  Las citas bíblicas, se encuentran en color azul;

q  El diálogo (comentario) de nuestro Señor Jesucristo, es representado en color rojo; y

q  El subrayado dentro de estas citas bíblicas, está fuera de texto (es decir, subrayado por mí). 

Amados, que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios el Padre, y la guía del Espíritu Santo, estén con Ustedes.


evangelizandohoy.es.tl
 

"predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento." (Hechos 28: 31).



 
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